Benito Carlos Garzón
Abogado-constitucionalista
Estas reflexiones pretenden graficar, en parte, el extravío del camino que a principios del siglo pasado se vislumbró para Tucumán, como una provincia señera y modelo de desarrollo de todo el Norte argentino. No nos remontaremos a los orígenes de la Nación, aunque nadie puede dudar de la importancia del inspirador clave de la Constitución nacional que fuera Juan Bautista Alberdi y su trascendente labor intelectual, y de Julio Argentino Roca y la Institucionalidad forjada en sus dos presidencias.
Más cercana en el tiempo destacaremos, de manera sintética, la importancia de la llamada Generación del Centenario, cuyos protagonistas, Juan B. Terán, Alberto Rougés, Julio Prebisch y Miguel Lillo, entre otros, con proyección cultural a todo el Norte, obra que culmina con la gesta del Dr. Horacio Descole, que concibió la Ciudad Universitaria de San Javier y llevó las unidades científicas de la UNT a todo el Norte argentino.
A mediados del siglo pasado ese impulso languideció para comenzar a navegar en la mediocridad, bien que fueron tiempos signados por golpes militares. No obstante, puede destacarse la gestión del Dr. Celestino Gelsi que, entre varias obras, dejó al menos por muchas décadas resuelta la provisión de agua potable para la ciudad de Tucumán, con la construcción del dique en El Cadillal. Desde esa década de los años 60, hasta el presente, se ha transitado una cadena de frustraciones (con excepciones como la Estación Experimental Agrícola), al punto de señalarse que se ha perdido la brújula del progreso.
Las bases del desarrollo
Nos centramos solo en dos ejemplos ilustrativos de esta pérdida de rumbo y que son bases de cualquier progreso.
Los diques: hoy se discute la colmatación del Cadillal, por negligencia del organismo encargado de su control. Existen estudios, incluso principios de ejecución, para la construcción del dique Potrero de las Tablas, que beneficiaría a la zona sur del Gran Tucumán. Se esgrimen factores técnicos para su no concreción, pero ninguna autoridad nacional o internacional sostuvo la imposibilidad de su construcción. A principios de la década de los 60 un gobernador de Tucumán, junto a un gobernador de Catamarca, colocó la “piedra fundamental” de la presa Potrero del Clavillo, que compartirían las dos provincias. Hasta el día de hoy únicamente se diseñó el nuevo camino hacia Las Estancias donde se emplazaría el dique. El Gobierno nacional no se interesó en la obra y ni Tucumán ni Catamarca buscaron alternativas para la obra que junto con otros diques subsidiarios darían energía a todo el sur de la provincia y a la vecina del oeste. En suma: el “quedantismo” de los gobiernos privó a las provincias de energía limpia, abundante y renovable. Se ha privado de este modo de poseer una infraestructura fundamental para el desarrollo industrial e inversiones productivas.
Los caminos: existe una realidad ineludible: existe un solo camino pavimentado desde Tucumán para acceder a los Valles Calchaquíes. Esta ruta No. 307 se encuentra colapsada por el intenso tráfico y resulta la única conexión con ciudades como Santa María, Amaicha, Colalao del Valle, Cafayate y poblaciones intermedias, a lo que últimamente se sumó el transporte pesado que no fue previsto ni adaptado, como sufren los directivos de Vialidad Provincial, sin controles como los que existen en las rutas nacionales sobre el peso máximo de estos vehículos.
Sin embargo, existen dos alternativas para diversificar el tráfico y no rogar que no llueva para acceder con tranquilidad a Tafí del Valle y a los Valles. 1) La alternativa uno es el camino denominado Quebrada del Portugués, que no ofrece mayores dificultades para su concreción; desde Monteros hasta el Potrero en Tafí. La traza de este camino la conozco desde hace al menos 50 años, pescando truchas desde Los Reales hasta El Potrero.
Hace pocos años el ex gobernador Antonio D. Bussi demostró que era factible el nuevo camino en los hechos. Lástima que para entrar al camino solicitó permiso al Ejército Argentino para ingresar a la quebrada que él mismo había donado al Ejército cuando era Gobernador Militar y Jefe del Operativo Independencia para realizar “maniobras” que nunca se hicieron. Es un camino que tiene un solo puente sobre el río Los Reales a la altura del río La Orqueta, y desde allí faldea el Ñuñorco Chico y el Ñuñorco Grande para arribar al valle. Es, según los técnicos, el más seguro y sin costo sideral de mantenimiento de la 307. Seria además un acceso más rápido para todos los pueblos del sur de la Provincia, Catamarca, La Rioja, etc.
La otra ruta de acceso es San Pedro de Colalao-Colalao del Valle, que se encuentra pendiente según la autoridad de Vialidad Provincial de allanar un pequeño tramo de roca que costaría varios millones de pesos superar, que superaría el presupuesto de la repartición.
Pero cabe la pregunta: ¿es posible evitar esa “roca”? ¿No es posible derivar la ruta y salir por la provincia de Salta sin grandes distancias? ¿Es la provincia de Salta como Ucrania y Tucumán como Rusia? ¿Qué intereses mezquinos imposibilitan una salida a los Valles rápida y segura? No lo entendemos. Las soluciones existen, pero la dirigencia política carece de grandeza que tuvieron los antepasados.
El Cadillal no existiría si Gelsi hubiese chocado con la miopía que hoy agobia a la clase dirigente. Y ello nos lleva al “dolor de ya no ser”, según la aguda expresión del columnista de este diario Juan Manuel Montero (LA GACETA, 06/04). Cabe la pregunta: ¿Alguna vez podremos superar este dolor?